''Volviendo a Sijena, ¿qué misión encargó la Generalitat de Lluis Companys a Josep Gudiol? Arramblar todo lo que pudiera del destrozado Archivo y Panteón Real. El selecto mangante observó que podía afanar y, además de cuadros y esculturas, mandó arrancar los murales del techo que se habían salvado del incendio de la Sala Capitular. El conjunto era Monumento Nacional desde 1923, pero consideraron que eran bienes culturales del Imperio Catalán, por lo que tenían que estar guardaditos en Barcelona, lo mismo que la documentación valenciana del falso Archivo de la Corona de Aragón. De allí nadie los sacaría jamás, ni sus auténticos dueños.''|'Los hijos de la Gran Cataluña en el Archivo de la Corona de Aragón y el Panteón Real de Sijena' (2013), per Ricart Garcia Moya}} | ''Volviendo a Sijena, ¿qué misión encargó la Generalitat de Lluis Companys a Josep Gudiol? Arramblar todo lo que pudiera del destrozado Archivo y Panteón Real. El selecto mangante observó que podía afanar y, además de cuadros y esculturas, mandó arrancar los murales del techo que se habían salvado del incendio de la Sala Capitular. El conjunto era Monumento Nacional desde 1923, pero consideraron que eran bienes culturales del Imperio Catalán, por lo que tenían que estar guardaditos en Barcelona, lo mismo que la documentación valenciana del falso Archivo de la Corona de Aragón. De allí nadie los sacaría jamás, ni sus auténticos dueños.''|'Los hijos de la Gran Cataluña en el Archivo de la Corona de Aragón y el Panteón Real de Sijena' (2013), per Ricart Garcia Moya}} |